Raíces

Nuestro discurso cultural trata sobre las distintas posiciones que han vivido las personas de color a lo largo de la historia centrándonos en el ámbito artístico.

En el ámbito de la moda, encontramos ejemplos muy significativos que todo el mundo conoce. El vestido que Jacqueline Bouvier lució en su boda con J.F. Kennedy era un diseño de Ann Lowe. Y el traje de “conejita” de Playboy fue producido por otra diseñadora, Zelda Wynn Valdes, ambas afroamericanas y ambas idearon dos modelos absolutamente icónicos para el universo de la moda. El problema es que detrás de las pasarelas, la diversidad entre los diseñadores y creadores sigue siendo mínima: hay pocos diseñadores negros en el primer plano de esta fotografía global.

A principios de este año H&M sacó una sudadera de su colección infantil: un niño negro vestía la camiseta con el lema “the coolest monkey in the jungle”, generando montón de críticas. Y es que varias voces de la industria han recordado que si bien la diversidad de modelos es algo más dinámica, detrás de los vestidos la realidad sigue siendo la misma.

Uno de los diseñadores fundamentales es Stephen Burrows. Se convirtió en el protagonista de uno de los momentos clave de la historia de la moda afroamericana, el evento que fue conocido fue como la Batalla de Versalles. Sucedió en 1973 y fue un desfile para la restauración del Palacio de Versalles. El acto enfrentó a cinco diseñadores franceses y cinco americanos, que decidieron apostar por el black power y diseñaron unos vestidos informales y divertidos para ganar el premio. Casi la mitad de las modelos eran negras y Burrows, fue el ganador moral de la noche.

Hablamos de la arquitectura de la raza negra, que, como hemos dicho antes, los hombres de color nunca tuvieron la oportunidad y mucho menos el reconocimiento social.

Se conocen muy pocos arquitectos, pues en 1930 sólo aproximadamente 60 arquitectos de raza negra fueron catalogados como arquitectos certificados, pero muchos de sus edificios han sido desde entonces demolidos o radicalmente cambiados por la sencilla razón de ser sus autores negros.

Aunque las condiciones han mejorado favorablemente, sigue habiendo una gran desigualdad entre la raza negra y la blanca. Muchos sienten que los arquitectos de color que ejercen como tal, actualmente, todavía carecen del reconocimiento que merecen. Y es que estamos muy lejos de una igualdad digna.

Encontramos los arquitectos más notables del siglo XX:

Albert Irvin Cassel (1895 – 1969). Diseñó y llevó a cabo muchas comunidades académicas en los Estados Unidos. Además, diseñó edificios para la Universidad de Howard en Washington D.C., para la Universidad Morga State en Baltimore y para la Universidad Virginia Unión en Richmond. Asimismo, diseñó y construyó estructuras civicas para el Estado Maryland y el Distrito de Columbia.

Arquitectos como William Sidney Pittman, fue contratado para que diseñara varios edificios importantes en Washington, pero murió por no tener dinero suficiente para vivir.

En 1905 se funda McKissack y McKissack, grupo de hermanos que nacieron en Africa Occidental. Moses McKissack fue vendido en la esclavitud, y aprendió a ser un maestro constructor y se unió a su hermano Calvin para formar the Nashville, la firma de Tennessee de McKissack y McKissack.

Norma Merrick Sklarek fue la primera mujer negra en convertirse en arquitecta autorizada de los Estados Unidos. Ella fue también la primera mujer negra honrada por el Compañerismo en la AIA (Grupo Independiente de seguro de vida asiática). Entre sus proyectos se incluye una terminal, sirviendo a 10 millones de pasajeros anuales, para el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles.

Nombramos también a otros arquitectos como Jewuel Vertner Woodson Tandy, Clarence W. Wigington, Louis Bellinger o John E. Brent.

En España aun no se ha reconocido a ningún arquitecto, menos aun en otros países de África, pues parece avergonzarnos que un arquitecto negro pueda hacer maravillas como las de un blanco.

Desde entonces todo ha cambiado mucho, sí, pero todavía le quedan algunas batallas importantes por librar.